¿QUÉ
ES UN NEURÓTICO?
Un
neurótico es una persona que sufre. Este
sufrimiento se presenta a partir de un dolor emocional excesivo con consecuencias
conductuales específicas. Esta aflicción puede mostrarse en comportamientos,
sentimientos y emociones tales como ansiedad, depresión, fobias, agresividad,
hiperactividad, celos, dependencias, apegos, obsesiones, miedos, baja
autoestima, etc.
El neurótico vive atrapado en el
tiempo y se presenta como un adulto (por su edad cronológica) pero que se
estancó y enganchó a su niño interior en un infantilismo con el que se comporta
el adulto, y éste se conduce conforme a la edad mental en la cual se estacionó.
El neurótico es un niño que no quiere crecer, no sabe cómo crecer. El neurótico
tiene un síntoma que le sirve de escudo, que le ayuda a escapar del hecho de
que tiene que ser un ser humano mayor y lo que la adultez representa.
El neurótico por lo general teme al
cambio, porque de presentarse, dejaría su lugar seguro y cómodo en el que se ha
acomodado y en el que ha creado su círculo de hábitos y defensas experimentadas
durante toda la vida, tales como sus sufrimientos, que lo han vuelto
desconfiado y sus miedos que refuerzan su falta de crecimiento.
La
neurosis surge de una profunda y agobiante nostalgia por una infancia fallida y
la búsqueda inconsciente de una segunda oportunidad. Por eso, el adulto
atrapado en el capullo de la infancia mal vivida, deforma su memoria, idealiza
a la familia, tiende a culpabilizarse, se aferra al pasado, se victimiza,
compra o viaja compulsivamente, no perdona aunque finge hacerlo y siempre desea
una felicidad que no llega.
La neurosis es una estrategia que una
persona desarrolla porque quiere eludir lo inaceptable, como por ejemplo, una decepción,
un fracaso, la ira, los celos, las pérdidas. También, la neurosis se delimita
como una angustia existencial o ansiedad.
En la neurosis, contrariamente a la
psicosis, no existe una pérdida de la realidad, es decir, no se sufre de
alucinaciones, sino que la concepción de lo que es real está de acuerdo con lo
que la sociedad define como real y por tanto, el pensamiento se considera como
“normal”.
El
neurótico tiene un terrible temor a descubrir que está solo en el mundo y que
sus apegos son ilusorios, porque en realidad siempre ha sido un como un huérfano
que debe enfrentarse a ser responsable de sus acciones, a ser feliz para él y
por él mismo, a ser autónomo y autosuficiente. Nadie hará las cosas por él y
para él.
La palabra “neurótico” fue propuesta
por el médico escocés William Cullen
en 1769 en referencia a los trastornos sensoriales y motores causados por
enfermedades del sistema nervioso. También hace referencia a los trastornos
mentales que distorsionan el pensamiento racional y el funcionamiento social,
familiar, laboral adecuado con las personas.
Por lo general, el término neurosis
hace se refiere a un trastorno mental sin evidencia de lesión orgánica que
presenta un elevado nivel de angustia y una hipertrofia de los mecanismos
compensadores de la misma. La persona se protege de la angustia utilizando
estrategias de defensa como represión, proyección, negación, intelectualización
y desplazamiento entre otros. Cuando existen patrones crónicos de una mala
adaptación a la realidad, surge un trastorno de personalidad.
Los principales tipos de neurosis son la de angustia, la fóbica, la
histérica y la obsesiva.
La
depresión neurótica es un estado mental que se caracteriza por una depresión
desproporcionada como consecuencia de alguna experiencia aflictiva. Por lo
general, se encuentra asociada a un estado de ansiedad. A diferencia de las
depresiones endógenas, el tratamiento psicoterapéutico focalizado es lo más aconsejable
para este tipo de depresión.
Fobia
La fobia es un miedo angustioso a una
situación o a un objeto que no representa ningún peligro. Lleva conflictividad
interior. Existe una desproporción a la situación que se presenta. La fobia no
se explica racionalmente porque el temor es involuntario. La fobia conduce a la
persona a evitar la situación o el objeto que le provoca miedo. Algunas fobias
o temores fóbicos más conocidos son:
-
Nosofobias
o temor a las enfermedades.
-
Agorafobia
o miedo a las situaciones en donde es difícil escapar o conseguir ayuda.
-
Claustrofobia
o miedo a los espacios cerrados.
-
Nictalofobia
o temor a la noche.
-
Criptofobia
o temor a espacios pequeños.
-
Cinofobia
o temor a los perros.
-
Gelofobia
o temor a los gatos.
-
Hipocondría
o miedo a estar padeciendo una enfermedad.
Las fobias específicas interfieren
poco en la vida normal y se tratan con técnicas conductistas. En la agorafobia
la terapia se combina con el conductismo y con las terapias cognitivas. Para
las fobias sociales como el miedo de hablar en público, se utiliza la
psicoterapia de apoyo.
Histeria
Es una forma de personalidad que llega
a propiciar un trastorno de tipo neurótico. La personalidad histérica con un
tipo histriónico, se caracteriza por conductas teatrales. Para Lazare y col
(1966) la personalidad histérica presenta las siguientes características:
1.
Egocentrismo: Amplia necesidad por destacar sobre
los demás.
2.
Histrionismo: La persona es hiper-expresiva y
dramática.
3.
Labilidad emocional: La persona tiene una afectividad
inestable e incontrolada.
4.
Sugestionabilidad: La persona es vulnerable a la
influencia de otras personas.
5.
Dependencia: Característica de la persona adulta
que no ha alcanzado su independencia emocional.
6.
Erotización: Busca la atención de los demás por
medio de la seducción.
7.
Temor a la sexualidad: Puede ser una pérdida imaginaria de
una facultad física. También presenta alteración de las funciones integradoras
de la conciencia, de la identidad y de la memoria.
A la persona con estos síntomas puede
tratársele por medio de psicoterapia de apoyo y aislarlo de su ambiente
cotidiano para que no pueda obtener los premios que refuerzan su comportamiento
neurótico.
Para lograr el equilibrio y la armonía
de la persona que tiene neurosis o neurótico, es preciso guiarlo a que logre su
autonomía, autorrealización, autorregulación, independencia; esto se obtendrá
si el paciente logra liberarse de todos los apegos, resistencias y rabias
infantiles. Es preciso “deshabituarlo” de este tipo de conductas.
El re-nacer de la persona a la vida adulta,
requiere de entrega y dedicación por parte del paciente, que se confía al buen
criterio y conocimiento de su terapeuta.